Chan Chan

Chimú, el arte del oro y el barro

La Cultura Chimú fue, netamente, una cultura de la Costa Norte Peruana. Se desarrolló en el mismo territorio donde siglos antes existió la cultura Moche. Su núcleo se encontraba en la ciudadela de Chan Chan en el departamento de La Libertad, próxima a la actual ciudad de Trujillo, y a 550 km al Norte de Lima, y se expandió por un vasto territorio, llegando por el norte hasta Tumbes y por el Sur hasta el valle de Huarmey. Por el este, sus límites fueron definidos por la cordillera montañosa, ya que la cultura no logró imponerse en la Sierra.

Los chimúes aparecen en el año 900. Se cree que el llamado “reino del Chimor” tuvo diez gobernantes, pero sólo se conocen los nombres de cuatro de ellos: Tacaynamo, Guacricur, Naucempinco y Minchancaman. Los gobernantes eran tratados como dioses y vivían en un elegante palacio de Chan Chan. Hablaban distintos idiomas pero mas hablaban el muchic y hablaban quechua.  

Había clases sociales regidas por un estado imperial que había conquistado al reino Sican de Lambayeque.  Justamente las leyendas de Naylamp en Sican y Tacayanamo en Chimú transmitían fantásticamente las guerras iniciales por esas tierras. El pueblo pagaba tributo a los gobernantes (en productos o en trabajo). 

Se afirma que hacia 1470, los Chimú fueron derrotados por los Incas del Cuzco. Además de trasladar al Cuzco a Minchancaman, los incas trasladaron oro y plata para adornar el Templo del Sol.

Cuenta la leyenda que su rey fundador fue Tacaynamo, quien llegó por el mar, en una gran balsa e inició la construcción de la gran ciudad de Chan Chan, en Trujillo (La Libertad).

Los chimús fueron excelentes agricultores, pescadores, arquitectos, navegantes (en caballitos de totora) y renombrados orfebres. Sus artesanos hicieron finas joyas de oro y plata, elaboraron vasos, orejeras, pectorales, brazaletes, mascaras, coronas y los famosos tumis o cuchillos cermoniales.

Durante el reinado de Minchancamán iniciaron una expansión imperial a los largo de la costa norte del Perú, sus poderosos ejércitos conquistaron hasta Tumbes, por el norte, y Lima, por el sur. Hacia 1470 fueron atacados y derrotados por el ejército cusqueño liderado por el príncipe inca Túpac Yupanqui. Con esto se convirtió en una provincia o huamani del Tahuantinsuyo.

Tacaynamo

Tacaynamo

Vino del mar, no se sabe de dónde, en una flota de balsas, con toda su corte y guerreros, llegó a la costa norte de lo que hoy es el Perú, en el valle de Moche y fundó un reino. Su nombre era Tacaynamo y fue el primer soberano de Chan Chan, la ciudad más importante de Chimú. Tuvo un hijo llamado Guacricaur, y éste, uno al que llamó Ñancempinco. Fueron diez los reyes de esta dinastía .

El último, Minchancaman fue derrotado por los Incas, quienes destruyeron la ciudad y dividieron al reino. Así cuenta la leyenda de Tacaynamo, recogida en el documento “Historia Anónima” escrita en 1604 por algún cronista español, que narra la fundación de Chan Chan y del reino de Chimor.

Chan Chan

La ciudad de Chanchan, enclavada en el Valle de Moche, fue el núcleo más importante de la cultura Chimú (S. XII). Está considerada como la Ciudad de Barro más grande del mundo y ha sido declarada por la UNESCO como patrimonio Cultural de la Humanidad.

La ciudad de barro más grande del mundo

Sobre un área de 14 km2 se dispersan plazas; templos piramidales; restos de palacios; construcciones intermedias; barrios populares; depósitos; talleres; cementerios en los alrededores; murallas; muros decorados con relieves de figuras geométricas, estilizaciones zoomorfas y seres mitológicos; caminos e instalaciones agrícolas en la periferia así como un vasto sistema de acueductos subterráneos y acequias construidas para traer agua desde enormes distancias.que testimonian el nivel alcanzado por esta cultura extendida en la costa peruana. 

El núcleo de Chan Chan está formado por 10 “ciudadelas”, llamadas así por ser grandes recintos cercados (“canchones”), en cuyo interior albergan muchas estructuras menores, asemejando pequeñas ciudades amuralladas, de los cuales 9 tienen muchas características comunes. Vistos desde el norte y el sentido de las agujas del reloj han sido bautizadas como Squier, Gran Chimú, Bandelier, Uhle, Chayhuac, Tschudi, Rivero, Laberinto, Tello y Velarde. Los nombres derivan, en la mayoría de ellos, de viajeros e investigadores que han fijado sus ojos y pensamientos en esta urbe prehispánica.

Como ejemplo del tamaño de estas estructuras, mencionaremos a la ciudadela Rivero, que ocupa un área de 8,7 hectáreas, o Gran Chimú (la más grande) con 22,1 hectáreas. Las demás, tienen un promedio de 14 hectáreas.

Seres mitológicos

Los palacios, grandes rectángulos delimitados por muros altos, estaban divididos en tres sectores.

  • En el sector norte, la única entrada al palacio da acceso a un gran patio, varias audiencias y depósitos comunicados por pasadizos.
  • En el sector central, el patio es más pequeño, hay pocas audiencias pero más depósitos y se localiza el mausoleo real.
  • El sector sur no presenta mayores edificaciones, contiene basura doméstica, entierros simples y una cisterna o huachaque. Las paredes de los palacios se decoraron con relieves y pinturas cuyos colores originales se han perdido.
Chan Chan
Chan Chan

Palacio Chimú

El crecimiento de la ciudad, cuya población se ha estimado en 30 mil habitantes, fue gradual y guarda relación con la sucesión de gobernantes Chimú. A la muerte del rey, el nuevo gobernante construía un nuevo palacio y el viejo se convertía en un templo, donde se custodiaba la momia de su antecesor.

Su ocupación duró unos 600 años, hasta la anexión del Reino del Chimor al Tahuantinsuyu alrededor de 1470 d.C.

Material de construcción

Los muros están hechos de canto rodado de 50 centímetros de alto, que sirven de base para paredes de quincha (caña con barro), con techos del mismo material, soportados por horcones de madera.

Al interior se han descubierto evidencias de actividades domésticas, como fogones, batanes y cerámica utilitaria. Pero ésta no fue la única ocupación de sus moradores.

Para construir esta ciudad se utilizaron materiales propios de la región. Asimismo, las ciudadelas fueron construidas usando muros de adobe sobre cimientos de piedra unidos con barro, más anchos en la base y angostos en la cima.

Para construir pisos, rellenos de paredes, rampas y plataformas, se emplearon adobes rotos, junto con tierra, piedras y otros desechos. La madera se usó para hacer postes, columnas y dinteles. También se usó la caña el carrizo y la estera. Los techos fueron confeccionados entretejiendo atados de paja.

Uno de los detalles que más admiran los actuales visitantes es la gran belleza, variedad y cantidad de muros decorados con altorrelieves. Estos fueron hechos con moldes y decoraron las paredes de patios, audiencias y corredores, al interior de las ciudadelas. Los motivos decorativos más comunes fueron las combinaciones geométricas, pero también son comunes las representaciones de peces y aves.

Economía, agricultura y pesca

La agricultura, base de la economía Chimú, se practicó en gran escala e hizo posible ampliar al máximo la frontera agrícola, mediante una extensa red de canales que se abastecía del agua de los ríos de la costa. Aprovecharon también el agua del subsuelo, habilitando huachaques o campos agrícolas hundidos, que les permitió obtener varias cosechas al año. Conocieron la totalidad de plantas alimenticias nativas y su dieta se complementó con animales domésticos, especies marinas y de agua dulce, de caza y recolección.

El mar fue una fuente inagotable de recursos que los Chimú supieron aprovechar al máximo. Usaron embarcaciones de totora y madera, provistas de redes, pesos y flotadores, anzuelos y otros aparejos, para la pesca en alta mar y en orilla de playa, donde también recolectaron mariscos y algas marinas. Además de grandes pescadores, fueron experimentados navegantes e hicieron largas travesías para aprovisionarse de productos exóticos como el Spondylus sp. o “mullu” de uso ritual, o el guano de las islas, usado como abono en la agricultura.

Durante este período, se planificaron y construyeron nuevos asentamientos urbanos y poblados menores unidos por una amplia y compleja red de caminos. Se incorporaron además nuevos terrenos agrícolas en áreas que hasta ese entonces habían sido desérticas.

El sistema económico y social funcionaba por medio de una red de centros urbanos rurales que se encargaban de recepcionar y enviar a la capital los tributos obtenidos.

El estado se administró en la ciudad capital Chanchán, desde allí se manejo, organizó y monopolizó la producción, el almacenamiento, la redistribución y el consumo de bienes y productos.

Orfebrería

Los orfebres chimúes dispusieron ampliamente de metales, oro,  plata y cobre, producto de los lavaderos locales, de regiones relacionadas y obtenidos por comercio. Conocieron una amplia gama de técnicas, siendo las más características el martillado y el repujado . La mayoría de los objetos de orfebrería se asocian con las tumbas dentro de la tradición funeraria característica del mundo andino. 

La cultura Chimú fue la mejor exponente de la orfebrería y metalurgia de toda la región costeña del Perú. Sus artesanos dominaron muchas de las técnicas utilizadas para moldear el oro, la plata y el cobre, y las más diversas aleaciones.

 La cultura Chimú sobresalió entre las civilizaciones prehispánicas por sus finos trabajos de orfebrería. Sus artífices dominaban muchas técnicas y usaban sobremanera el repujado y martillado en la mayoría de sus productos. Además de trabajar con oro y plata, lo hicieron con diferentes aleaciones.

La técnica metalúrgica de esta cultura fue tan extraordinaria que los incas trasladaron al Cusco a muchos orfebres chimues para que enseñaran el arte de labrar los metales a sus similares cusqueños. Confeccionaron joyas de oro y plata, los tumis o cuchillos de corte semicircular, los vasos ceremoniales, así como orejeras y mascaras, todos en fino oro incrustaciones de turquesas.

Textileria 

El hilado consiste en la practica manual y elemental de unir un conjunto de hilos pequeños para poder lograr un hilo largo y continuo, en esta labor inicial de la textilería se utilizaron diversos instrumentos como el huso. El huso, es un instrumento manual confeccionado de una varita pequeña y delgada que generalmente se va adelgazando a ambos extremos; se lo emplea junto a un tortero o piruro que se inserta en la parte inferior para que haga contrapeso. 

Se empieza a hilar tomando de la rueca (donde se ha fijado la fibra que se va a hilar) algunas fibras que son fijadas en el huso que se lo hará girar rápidamente entre el pulgar, el cordial y el índice para lograr enrollar y torcer las fibras ininterrumpidas. Cuando ya se había obtenido los hilos necesarios se empezaba el tejido osea el entrecruzamiento o combinación de los hilos para hacer las telas. 

Los Chimú confeccionaron telas, gasas, brocados, bordados, telas dobles, telas pintadas, etc. Algunas veces los textiles fueron adornados con plumas y placas de oro y plata, los colorantes se obtuvieron de ciertas plantas que contenían tanino, del molle y del nogal; de minerales como la arcilla ferruginosa y el mordiente de aluminio y de animales como la cochinilla. 

Las prendas se confeccionaron de la lana de cuatro animales; el guanaco, la llama, la alpaca, y la vicuña y de la planta de algodón nativo que crece en forma natural en siete colores diferentes. La vestimenta de los Chimú consistió en taparrabos, camisas sin mangas con o sin flecos, pequeños ponchos, túnicas, etc.

La talla en madera

De Chan Chan y alrededores proceden tallas antropomorfas de madera, calificadas por lo general de «ídolos». De acuerdo con el hallazgo realizado por Kent Day, por lo menos una parte de estos ídolos era emplazada en pequeñas hornacinas o nichos hechos en los muros. Richard Schaedel analizó un grupo importante de estatuas de madera procedentes de Chan Chan.

Posteriormente Francisco Iriarte Brenner localizó varias estatuas más en los escombros de Chore, que sindica como la huaca de Tacaynamo. Las estatuas de madera chimú son por lo general retratos de personas y no de seres sobrenaturales ni de dioses; se caracterizan por su aspecto rígido.