Muros de Piedra de hasta 30 metros de altura y 600 metros de largo cercan esta antigua ciudadela perdida en la Selva de Perú. La fortaleza de Kuelap es una gigantesca mole de 400 millones de pies cúbicos de material de construcción, tres veces el volumen de la Gran Pirámide de Egipto. Fue construida por una antigua y casi desconocida cultura contemporánea a los incas y fue recién descubierta a fines del siglo XIX. Un hermoso entorno natural la rodea y es uno de los más importantes restos arqueológicos del antiguo Perú.
Junto con Machu Picchu, la Fortaleza de Kuelap (siglo VIII d.C), aún hermosa, desconocida y envuelta en el misterio y la leyenda, es el mayor monumento arqueológico de los antiguos peruanos.
Desde sus murallas de más de 20 metros de altura, a 3 mil metros sobre el nivel del mar, la perspectiva panorámica es inmejorable. Enquistada en la parte alta del valle de Utcubamba, de arquitectura circular y fino diseño en sus viviendas interiores, la construcción demandó la utilización de 40 millones de pies cuadrados de materiales.
Callejones amurallados con la forma de embudos en declive permiten el ingreso al interior del recinto. Existen tres entradas que permiten acceder al corazón de Kuélap. En una de ellas los pasadizos van estrechándose hasta impedir que pase más de una persona a la vez, lo que facilitó la defensa de los antiguos habitantes de la fortaleza. A la izquierda del pasadizo hay una serie de viviendas semicirculares en perfecto estado de conservación . Unos metros más adelante se halla El Tintero (estructura circular con las paredes inclinadas). Se cree que allí se efectuaron sacrificios humanos y de animales.
Descubrimiento
En 1843, el juez de primera instancia Juan Crisóstomo Nieto llegó a Lima con un esqueleto de pelo rubio que encontró cerca de un poblado en la selva peruana. Dijo que era una momia que había hallado junto a muchas más en un complejo arqueológico que calificó como «la obra más digna de la atención pública».
El juez era enviado a resolver un litigio de tierras, pero los pobladores lo llevaron a la cima de una montaña, donde había una enorme muralla y, sobre ella, cientos de extraordinarios recintos de piedra. Años más tarde, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, apareció el informe del juez que describía la colosal estructura y le colocaron de título: «Torre de Babel en el Perú».
Desde su descubrimiento, han sido muchos los investigadores que han llegado hasta estas tierras para realizar estudios sobre Kuelap. El primero en hacerlo fue el sabio italiano Antonio Raimondi en 1860. Charles Wiener, Adolph Banbelier, Loors Langlots, Paul Henri Reichlen, siguieron sus pasos. Pero la descripción más minuciosa y completa sería la realizada por Alfredo Narvaez, de 1985 a 1987.
Ubicación de la fortaleza de Kuelap
En la cima de una escarpada montaña a 2.900 msnm, en la franja de bosques de neblina del nororiente peruano, se halla esta fabulosa ciudadela que sin duda le quitará el aliento por la belleza y originalidad de su construcción. Al este del conjunto corre el Río Utcubamba, al oeste y norte la cuenca desciende y desemboca en el Río Tingo, discurriendo al sur el Río Selcas.
En su construcción se habría utilizado 25 millones de metros cúbicos de material, tres veces más que el utilizado en la construcción de la Gran Pirámide de Keops (Egipto).
Kuelap alberga 505 recintos en su interior y 198 fuera de ella, sumando así más de 700 edificaciones. Una de las características más impresionantes del complejo son sus enormes dimensiones, 582 m de largo y 111 m de ancho, con una muralla de unos 20 m de altura que delimita los llamados «Pueblo Alto» y «Pueblo Bajo».
La construcción de la Ciudadela sobre plataformas elevadas permitió una mayor visibilidad de otras urbes construidas sobre las altas cumbres aledañas, así como de las vías de acceso a las cuencas de los Ríos Marañón y Huallaga (rutas usadas para sus relaciones comerciales). Un lugar inexpugnable para los reinos vecinos, al estar rodeado de farallones y precipicios por tres de sus cuatro costados, aunque finalmente fue conquistado por los quechuas quienes lograron anexarlo al Imperio Incaico.
La fortaleza
En la cima de la montaña, la fortaleza de Kuélap se luce por su enorme muralla de hasta veinte metros de altura y que alberga alrededor de seis cuadras de largo. En su interior, se encuentra toda una ciudad compuesta por 420 casas circulares.
Construidas con bloques de granito rosado y superpuestas sin ningún otro elemento, han podido desafiar durante siglos la destrucción de la erosión y la lluvia.
La fortaleza posee tres puertas, dos de ellas están clausuradas por la fragilidad de la estructura y el paso de los años. La puerta de acceso a los turistas es a través de una escalinata de piedra. A medida que la escalera avanza hacia la montaña, va reduciendo de ancho, de modo que al llegar a la primera plataforma sólo queda espacio para el ingreso de personas en columna de a uno y con la cabeza inclinada.
En los muros laterales de la escalera hay pequeñas casas que servían para esconder a guerreros, que armados atacaban en la cabeza a sus enemigos.
Planificación social En el interior existen tres niveles. El primero y más amplio lo ocupaba el pueblo, los otros dos niveles eran de los jefes militares y maestros. También hay una torre o torreón, que sirvió para observar a grandes distancias la presencia del enemigo. La fortaleza fue construida entre los años 800 y 500 AC por la cultura chachapoyas. Con mucha experiencia en la estrategia y defensa militar, tuvo que enfrentarse a las guerras de conquista de los waris y chibchas.
Tiempos violentos Los chachapoyas se enfrentaron a duras batallas, pero no lograron superar la astucia incas. Estos, al percatarse de la trampa que forma la entrada a la ciudad, cercaron todo el recinto. El pueblo poseía en sus almacenes comida por unos días, pero debían salir del lugar para conseguir más alimentos y agua. El hambre obligó a esta cultura rendirse, ocupando territorios vecinos. Los incas vivieron allí por muchos años. Esto se comprueba en las construcciones en forma de rectángulo, figura que caracterizaba las edificaciones
Tras la conquista de los españoles a este suelo, los chachapoyas establecieron una alianza con ellos par a derrotar a los incas. En la sangrienta batalla, los conquistadores lanzaron antorchas de fuego por las altas murallas de la ciudadela, obligando a los incas a salir despavoridos y encontrar la eminente muerte.
En el pánico, los españoles ingresaron a la ciudad en llamas buscando almacenes de oro, pero al no encontrar nada que sea de valor, destruyeron todo lo que había en su paso, además de dar muerte a los chachapoyas.
Desde ese entonces, la ciudadela quedó abandonada hasta su descubrimiento en 1843 por el juez Crisóstomo Nieto. Kuélap está rodeada de otras fortalezas y recintos que aún están en plena investigación, muchas incluso están aún cubiertas por la espesa vegetación y en zonas difíciles de acceder. Por ello, Chachapoyas y los alrededores se percibe como un potencial turístico tan fuerte como el Cusco.
La muralla
La gigantesca muralla que la protege, está compuesta por puestos de vigilancia, un torreón y tres estrechos ingresos, dos de ellos orientados hacia el este y el tercero hacia el oeste. Las entradas construidas en forma de embudo, con un ancho de 3 metros en la parte exterior y 70 centímetros en el interior, permite el ingreso de sólo una persona a la vez, aumentando su carácter inexpugnable.
La momumentalidad y complejidad de estas construcciones se encuentran distribuidas en un área de forma de una ala alargada, con orientación Norte Sur de aproximadamente unos 584 Mts. de largo y un promedio de 120 Mts. de ancho la cual esta limitada por la gran muralla que va perimetralmente encerrando el conjunto arqueológico llegando a medir en algunas partes más de 20 mts. de altura y en cuya conformación estructural se han registrado gran cantidad de entierros múltiples según los reportes de arqueólogo Orlando Angulo residente del lugar.
Además de Impedir el acceso, el muro de contención servía al relleno que se coloco para obtener superficies planas en la ladera del cerro con la finalidad de conseguir seguridad y protección, el material utilizado en las edificaciones fueron bloques de piedra caliza canteada sin pulimento.
Teniendo tres entradas a la ciudad que a través de la muralla, dando la impresión de túneles cónicos, criterio con el que fue construido; anchos al entrar y angostos al salir, permitiendo el acceso solo a una persona.
Interior de la fortaleza de Kuelap
Básicamente, la Ciudadela de Kuelap está conformada por dos gigantescas plataformas artificiales superpuestas, sobre las cuales se levanta el centro poblado, en donde edificaron recintos habitacionales y cívico ceremoniales.
El Pueblo Bajo, está conformado por 335 estructuras circulares de entre las cuales destaca una ubicada en el extremo sur y conocida como «El Tintero». Construido en forma de cono invertido, «El Tintero», es un edificio que presumiblemente habría cumplido una función ceremonial. Posee una altura de 5.5 metros y un diámetro de 13.7 metros, en su interior se halla una cámara en forma de botella de más de 5 metros de profundidad.
El Pueblo Alto está constituido por 80 construcciones de piedra. Las más importantes son «El Castillo», compuesto por tres plataformas superpuestas; y «El Torreón», al norte del Pueblo Alto, de 7 metros de altura y de carácter defensivo, que ofrece además una estupenda vista panorámica del lugar.
En su mayoría, las construcciones presentan forma circular debido a la particular concepción de utilización del espacio redondo de este pueblo, distinta del uso del espacio rectangular empleado en otras culturas peruanas. Esta particularidad le agrega un enorme sentido artístico y estético que es acrecentado por los decorados de frisos romboides y figuras antropomorfas en altorrelieve de los muros.
Los bloques de piedra caliza utilizados para la construcción del complejo presentan distintas calidades de acabados, siendo los más elaborados los destinados a las construcciones ceremoniales.
El complejo arqueológico se ubica en una cresta rocosa a 3000 msnm y se asienta sobre dos gigantescas plataformas artificiales superpuestas, construidas piedra por piedra. Lo más impresionante de Kuélap son las enormes murallas defensivas (30 m. de altura por 600 m. de largo) que delimitan los llamados «pueblo bajo» y «pueblo alto». Este muro perimetral está adornado por millares de bromelias, que le confieren una particular belleza a la construcción.
El material de todo el complejo arqueológico consiste en bloques de piedra caliza tallados con diversos grados de acabado, siendo los que componen los recintos sagrados los de mejor factura.
Con 584 x 110 m. de base, por sus dimensiones y características, las ruinas son comparadas a menudo con las ciudadelas incas de Sacsaywarnan y Machu Picchu. La fortaleza dispone de tres entradas, dos hacia el E y una en el lado 0, diseñadas como enormes callejones en forma de embudo que terminan en una pequeña abertura que permite el ingreso de sólo un individuo por vez.
Rodeada de farallones y precipicios por tres de sus cuatro costados, la fortaleza era realmente inexpugnable. El interior de la ciudadela se presenta como una serie de «barrios» ubicados en diferentes niveles de altitud, formados por varias docenas de edificaciones circulares de mucho sentido artístico y estético (exacta disposición de las piedras, frisos romboides y figuras antropomorfas en altorrelieve).
Los superiores, al parecer destinados a los jerarcas chachapoyas, poseen fachadas decoradas con frisos geométricos calados. Las viviendas carecen de ventanas y poseen un techo de roca perfectamente sellado como protección frente a las intensas lluvias, abundantes en la zona.
En el extremo 5 sobresale una extraordinaria construcción circular. Es el denominado «tintero», una estructura de casi 6 m. de altura con la forma de un cono invertido, de función presumiblemente ceremonial. Los mausoleos de la Laguna de Los Cóndores Un elevado farallón con vista a la paradisiaca Laguna Negra fue utilizado por los Chachas como lugar para la construcción de cámaras funerarias monumentales.
La Cultura Chachapoyas
Esta zona del Amazonas fue asiento de la influyente cultura Chachapoyas o Sachapuyos, con un clima templado seco durante el día y temperaturas bajo cero durante la noche, lo que provoca un contraste climático interesante.
Sus construcciones pétreas, templos, fortalezas, andenes, tumbas, cerámicas y ciudades dan testimonio del gran avance alcanzado por esta civilización. La Fortaleza de Kuélap representa su máximo legado y la mejor atracción para los turistas.
También en la cercana provincia de Luya, se desarrollaron paralelamente las culturas Chipuric y Revach. Los fardos funerarios y necrópolis hallados en la zona constituyen importantes vestigios de interés turístico.
En el año de 1475 Chachapoyas fue anexada al imperio incaico y posteriormente fue conquistada por los españoles. La influencia virreinal en la arquitectura de esta ciudad es considerable, sobre todo en las zonas urbanas.
El complejo fue habitado por un grupo humano integrante de un gran Curacazgo (sistema de organización social predominante en la zona), perteneciente a la Nación de los Chachapoyas. Su época de esplendor cultural se dio entre los siglos X y XV d.C. Es durante este periodo de auge social y económico que fue conquistado por los Incas, en su paso por la Amazonía hacia la conquista del Reino de Quito (Ecuador). Finalmente fueron invadidos por los españoles en el siglo XVI, en su búsqueda por El Dorado.
La Cultura Chachapoya, una gran Nación conformada por Curacazgos independientes entre sí, nos ha legado una gran cantidad de hermosos monumentos arqueológicos dispersos en la zona del Río Utcubamba. Ejemplos de su bella arquitectura son Olán, Yalapé, Purunllacta o «Monte Peruvia», Gran Vilaya, Vira Vira, Karajía, Gran Pajatén y Leimebamba, entre muchos otros.
La sociedad que habitó Kuelap se sustentó gracias a la producción agrícola, el intercambio y la caza. Cultivaron, básicamente, el maíz (Zea mays), el fríjol (Judíaphaseolus vulgaris), tarhui (Lupinus mutabilis Sweet) y varias raíces y tubérculos comestibles como la papa (Solanum tuberosum), la achira (Canna edulis), la mashua (Tropaeolum tuberosum), el olluco (Ullucus tuberosus), la arracacha (Arracacia xanthorrhiza) y el yacón (Polimnia sonchifolia). Obtuvieron proteínas de las carnes de la llama (Lama glama), el cuy (Cavia sp.), el majás (Agouti paca) y otros mamíferos salvajes cuyos huesos han sido encontrados en los restos arqueológicos.
Los Chachapoyas y sus grandes y asombrosas construcciones Chachapoyas, pequeña ciudad fundada en 1538 por Alonso de Alvarado, capital de la actual región Amazonas, fue unida al resto del país por vía aérea en el año 1930 y por vía terrestre en 1960, cuando se abrió un camino afirmado que permitió el ingreso de vehículos.
Esta es una ciudad que en los últimos tiempos está siendo redescubierta, y existen en su área un promedio de 500 restos arqueológicos, todos de la cultura Chachapoyas, entre tumbas, sarcófagos, fortalezas, torreones aislados, caminos, petroglifos, pinturas rupestres, restos textiles, cerámica y un sinnúmero de artículos que únicamente demuestran la grandeza, desarrollo y avance de esta cultura. De carácter indomable, los Chachapoyas le dieron mucho trabajo a los Incas durante su proceso de conquista.
La ciudad pequeña y encantadora guarda rasgos y muchos aspectos coloniales. Podemos ver casas de grandes patios con una pileta central, hechas con adobe y muchas flores coloridas. Hasta la fecha los restos arqueológicos son poco conocidos y explorados, por lo que permanecen aún con pocos circuitos turísticos clásicos, pero cuenta con muchos explorables y muy pocos visitados, por lo que aprovechamos para describir alguno de ellos:
Chachapoyas era el centro de una región en donde se desarrolló una civilización predecesora de los Incas y en algunos momentos de su historia con un desarrollo paralelo. Sus mejores construcciones se realizaron entre los siglos IX y XV de nuestra era, y su florecimiento se inició a partir del siglo I. Los incas, a su llegada, tuvieron grandes dificultades para someter a los Chachapoyas (o Sachapuyos), los que fueron dominados finalmente por el imperio incaico después de varios encuentros largos, sangrientos y difíciles, al mando del Inca Túpac Yupanqui hacia 1475, quien logra imponerse; sin embargo, ellos se rebelaron a menudo, hasta poco antes del episodio en Cajamarca entre Pizarro y Atahualpa, en 1532, en donde se aliaron con los conquistadores y se sublevaron contra los Incas, negándose a tomar parte en la gran rebelión de Manco Inca en 1536 contra los españoles. La cultura Chachapoyas inició su florecimiento a principios de nuestra era. Ellos tuvieron artistas muy diestros, destacando sus textiles, su orfebrería, sus construcciones y otros aspectos, siendo tan hábiles como los del imperio costeño Chimú. Pero sobre todo, los Chachapoyas construyeron una de las fortalezas más grandes del Perú precolombino, cuyas imponentes ruinas mantienen un dominio sobre las vías de ingreso a la zona del Marañón, sus ruinas y restos encontrados tienen alguna influencia de los Chimú y los Incas, presentado sus construcciones fúnebres la particularidad de estar todas ubicadas en lugares muy altos, o en zonas escarpadas de muy difícil acceso. Los sitios más destacados están distribuidos en el estrecho valle del río Utcubamba.